Como todas las temporadas, llegan noticias de buenas
aperturas en Perú. En este caso para los venezolanos Carlos Pineda y
Carlos Solé.
Quienes visitan la concurrida quebrada o valle de Ishinca en la
cordillera de Blanca de Perú se han topado con la impresionante cara
norte del nevado Ranrapalca (6162 m.). Esta cara de la montaña tiene ya
algunas vías de alta dificultad e incluso alguna vez ha sido descendida,
en parte, esquiando.
Hasta ahora todas las vías discurren evitando el embudo central donde
confluye todo material sólido que cae desde la parte alta de la montaña,
llámese avalanchas.
Los montañistas Venezolanos Carlos Pineda y Carlos Solé ingresan a la quebrada Ishinca durante los primeros días del mes de Junio y precisamente aclimatando por las rutas normales del Ishinca y Ranrapalca (cara este) deciden trazar 2 itinerarios nuevos en ambas montañas por diferentes caras.
Sobre la cara nornoroeste del Ishinca (5530 m.) realizan un ascenso directo coincidiendo en la primera parte con las rutas del 2003 (Kathy Cosley – Mark Houston) y del 2009 (Jernej Gracner – Uroš Gracner).
Los montañistas Venezolanos Carlos Pineda y Carlos Solé ingresan a la quebrada Ishinca durante los primeros días del mes de Junio y precisamente aclimatando por las rutas normales del Ishinca y Ranrapalca (cara este) deciden trazar 2 itinerarios nuevos en ambas montañas por diferentes caras.
Sobre la cara nornoroeste del Ishinca (5530 m.) realizan un ascenso directo coincidiendo en la primera parte con las rutas del 2003 (Kathy Cosley – Mark Houston) y del 2009 (Jernej Gracner – Uroš Gracner).
Pineda escribe:
“Salimos del Vivac a las 5:45 am. La ruta inicia aproximadamente a unos 5050m ascendiendo por una rampa de 190 metros que gradualmente se va haciendo más vertical con pendientes de 30° a 40° de nieve. Posteriormente se inicia la escalada en terreno mixto con 2 largos (30m y 60m) continuados por otros 3 de 60 metros sobre hielo con inclinaciones de 60° a 80° y uno más corto (20 metros) donde la pendiente se aplaca de 60° a 30° hasta la cumbre…”
Solé y Pineda alcanzan la cima a las 11:15 am y tras comprobar las existencia de las vías anteriores, concluyen que la suya es una variante y la nombran "The Carlitos's Way".
“Salimos del Vivac a las 5:45 am. La ruta inicia aproximadamente a unos 5050m ascendiendo por una rampa de 190 metros que gradualmente se va haciendo más vertical con pendientes de 30° a 40° de nieve. Posteriormente se inicia la escalada en terreno mixto con 2 largos (30m y 60m) continuados por otros 3 de 60 metros sobre hielo con inclinaciones de 60° a 80° y uno más corto (20 metros) donde la pendiente se aplaca de 60° a 30° hasta la cumbre…”
Solé y Pineda alcanzan la cima a las 11:15 am y tras comprobar las existencia de las vías anteriores, concluyen que la suya es una variante y la nombran "The Carlitos's Way".
RANRAPALCA:
Contra toda lógica y asumiendo un alto compromiso ya que eligieron ingresar a la montaña precisamente por donde nadie lo había hecho, es decir, por el embudo lógico de avalanchas, los venezolanos inician el ataque al Ranrapalca a las 00:30 hs. del 8 de junio alcanzando la zona baja del embudo y ascendiendo en ensamble por su lado derecho, atravesando grietas y escalando con rapidez a fin de alcanzar el estrechamiento superior de apenas 2 metros de ancho.
Contra toda lógica y asumiendo un alto compromiso ya que eligieron ingresar a la montaña precisamente por donde nadie lo había hecho, es decir, por el embudo lógico de avalanchas, los venezolanos inician el ataque al Ranrapalca a las 00:30 hs. del 8 de junio alcanzando la zona baja del embudo y ascendiendo en ensamble por su lado derecho, atravesando grietas y escalando con rapidez a fin de alcanzar el estrechamiento superior de apenas 2 metros de ancho.
Pineda remarca: “El primer obstáculo del ascenso resultó una placa
tumbada lisa con trozos de roca y nieve pobremente adheridos, Solé
instaló una reunión al pie y yo inicie el largo. No había avanzado más
de 5 metros por este terreno, carente de posibilidades de proteger,
cuando mi peso hizo ceder los trozos adheridos y volé hacia el vacío en
la completa oscuridad de la noche de espaldas. Solo fue un instante,
pero en mi mente pareció eterno, la voz de Carlos me sacó del trance.
Solo me había golpeado el labio, todo estaba en su sitio, me recompuse y
ataque la pared de nuevo con furia dejando atrás a Carlos que aún me
preguntaba si estaba bien…”
Luego de escalar 5 largos de 60 m. (70-80°) recibiendo algunas
avalanchas pequeñas de nieve polvo, alcanzan su primera reunión segura a
la derecha del canal principal. Tras otros 2 largos alcanzan un pilar
de roca central de donde ven grandes avalanchas por ambos lados, pero
ellos ya estaban “a salvo” en ese momento. Luego de 200 metros de roca
descompuesta y bloques sueltos de 5.10+ con pocas posibilidades de
colocar protección y reuniones pobres, salieron a un terreno mixto que
les guiaba a una sección de hielo desde la que podían acceder a una
serie de 4 cascadas verticales en forma de escalera, estaban a 5700 m.
Para ese momento ya la noche se les venía encima y debatieron si seguir o
vivaquear en algún lugar de la pared. La sección de cascadas de hielo
entre 70 - 90° sin ningún lugar para vivaquear y el frío arreciando les
obliga a tomar otra decisión importante: seguir escalando.
Al amanecer del 9 de junio estaban saliendo de la cascada más técnica
con tramos mixtos, rocas descompuestas que les pusieron en el enorme
plateau final de la montaña. Pero ahí no se acaba la escalada, hay que
caminar a la cumbre por la enorme planicie y alcanzar la afilada cima
que ambos montañeros consiguen finalmente a las 11:15 de la mañana.
El “infierno blanco” se les desata durante el descenso por la cara este, pierden la ruta en varias ocasiones por la escasa visibilidad, pero logran alcanzar 2 cuñas con mosquetones de un equipo que ascendió por esa vía que les permite localizar los últimos rapeles.
El “infierno blanco” se les desata durante el descenso por la cara este, pierden la ruta en varias ocasiones por la escasa visibilidad, pero logran alcanzar 2 cuñas con mosquetones de un equipo que ascendió por esa vía que les permite localizar los últimos rapeles.
Pineda recalca: “no importa lo mucho que sufrimos, nos encanta porque estábamos, como indica el nombre de nuestra vía, “aprendiendo de nuestra debilidades”
Esta temporada algo inusual en cuando a meteorología en la cordillera Blanca está dejando importantes actividades deportivas como la escalada a cumbre del Chacraraju por la vía Jaeger o vía nueva en la cara sur del Pisco, oeste del Shaqsha, ahora mismo escaladores en la oeste del Yerupajá y otras que si bien es cierto se asume con mucha responsabilidad y técnica, no existirían si como dicen algunos autodenominados “especialistas” se debería planificar con algún tipo de “Gestión de riesgo”.
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